Este proyecto está basado en el estudio de cohorte PROGRESS en la Ciudad de México y aprovechará casi dos décadas de seguimiento de la cohorte para examinar las asociaciones temporales entre el entorno perinatal, neurofenotipos de la primera infancia y la obesidad adolescente.
Por un lado, se ha demostrado que el estrés materno perinatal y la exposición concurrente a contaminación del aire predicen alteraciones del control inhibitorio (déficits de atención y conducta) y afectividad negativa (estados emocionales negativos, auto-concepto deficiente, etc.) en la descendencia; también se sabe que estas exposiciones tienen efectos obesogénicos, así como efectos en el neurodesarrollo y el crecimiento.
Examinar las interconexiones entre estos elementos abre la posibilidad de identificar nuevos caminos mecanicistas por los cuales el desarrollo del cerebro puede conducir a la obesidad infantil.
Los objetivos del proyecto son (i) determinar las ventanas de susceptibilidad perinatal en las cuales la exposición a PM2.5, NO2 y temperatura predicen control inhibitorio y síntomas de afectividad negativa desde la niñez y hasta la adolescencia, (ii) determinar si un mayor estrés materno prenatal predice de forma independiente el control inhibitorio y la afectividad negativa en la descendencia y modifica el efecto de las exposiciones en estos neurofenotipos y (iii) determinar si los efectos prenatales de PM2.5, NO2/temperatura y estrés en la obesidad adolescente están mediados por el control inhibitorio y la afectividad negativa.
Para alcanzar los objetivos, recolectaremos información de 600 binomios madre-hijo(a) participantes de la cohorte PROGRESS en una nueva etapa de seguimiento a los con dos visitas a los 14-15 y 16-17 años y utilizaremos datos prospectivos y muestras biológicas desde el embarazo.